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lunes, 19 de septiembre de 2011

Personajes pregenerados de Aquelarre (19)

- Por Juan Pablo Fernández y Pedro Nieto

Qaina
  • Nombre: Yamila
  • Reino: Reino de Granada
  • Grupo étnico: Árabe
  • Posición social: Ciudadano
  • Profesión: Qaina
  • Profesión paterna: Ladrón
  • Situación familiar: Huérfana de madre
  • Edad: 17

FUE: 10 Altura: 1,64 varas
AGI: 15 Peso: 110 libras
HAB: 20 RR: 40%
RES: 15 IRR: 60%
PER: 15 Suerte: 40
COM: 15 Templanza: 52%
CUL: 10 Aspecto: 18 (Atractiva)

Competencias: Cantar 65%, Conocimiento vegetal 25%, Corte 30%, Elocuencia 45%, Escamotear 45%, Idioma Castellano 40%, Idioma Andalusí 100%, Idioma Árabe 40%, Música 50%, Ocultar 41%, Seducción 75%.

Hechizos: Carece.
Rituales de Fe: Carece.

Rasgos de Carácter: Carece.
Yamila se educó en la Casa de las Medinesas en Granada, donde estudiaban músicos y cantoras, tras ser sacada de la calle donde malvivía con su familia. Un buen día, estaba sentada junto a la ventana de su casa peinando su larga cabellera negra mientras cantaba distraídamente. Quiso la casualidad, que un poderoso al-barraz pasara cerca del lugar y se detuviese al instante. Sin pensarlo dos veces éste entró en la casa hechizado como estaba por esa dulce voz y se encontró al padre de Yamila, un pobre desgraciado que aceptó enseguida la generosa bolsa de monedas que a cambio de su hija le entregó.
Desde entonces, Yamila fue instruida como qaina, convencido su señor, de que sería la más grande que haya habido desde la qaina ‘Ayfâ o Mulaika.
Así, aprendió a tocar el ud, instrumento predecesor del laúd y a recitar versos de poetas contemporáneos; además, cantaba para celebrar a su amo, recitaba los hazadj con fluidez y elegancia, y los sinad con sobria distinción. Desde entonces, Yamila vive rodeada de lujos junto al al-barraz que la recogió en su casa como meretriz, disfrutando de su deliciosa voz, de las notas que arrancan sus dedos del ud y de su joven y bien contorneado cuerpo.

Rabino
  • Nombre: Malaquías
  • Reino: Corona de Aragón
  • Grupo étnico: Judío
  • Posición social: Burguesía
  • Profesión: Rabino
  • Profesión paterna: Cambista
  • Situación familiar: Padres muertos
  • Edad: 46

FUE: 7 Altura: 1,64 varas
AGI: 12 Peso: 110 libras
HAB: 14 RR: 70%
RES: 6 IRR: 30%
PER: 19 Suerte: 30
COM: 10 Templanza: 56%
CUL: 25 Aspecto: 13 (Normal)

Competencias: Conocimiento mágico 35%, Correr -15%, Elocuencia 85%, Enseñar 40%, Escuchar 40%, Idioma Ladino 100%, Idioma Hebreo 60%, Idioma Latín 30%, Idioma Castellano 80%, Idioma Catalán 25%, Leer y escribir 75%, Leyendas 75%, Memoria 40%, Sanar 25%, Sigilo 40%, Teología 90%, Palos 45%.

Hechizos: Carece.
Rituales de Fe: Todos los rituales de primus, secundus y tertius ordo.

Rasgos de Carácter:
  • Ávido de conocimientos
  • Muy mayor

Sobre la vieja mesa de madera, varios gruesos volúmenes permanecen abiertos en un interminable bostezo, mientras el anciano Malaquías sigue con sus resecos dedos las líneas de hormiguitas de tinta que hablan sobre aquellas ruines y pérfidas criaturas. Entonces se detiene en su lectura y su mente vuelve involuntariamente a aquel lugar. Aquella posada en el margen derecho del camino real, a menos de un kilómetro de Figueres… ¿Cómo diantre se llamaba? Malaquías se mesa las sienes mientras trata de recordar, al final, se vuelve hacia su sobrina, que prepara el guiso ayudada de su hija Raquel, toda una mujer ya.
—¿Cómo se llama aquella posada…?
—Can Nassos —responde Rebeca, su sobrina, con una sonrisa en los labios sin levantar la vista del puchero. Sabe que la edad le está borrando recuerdos a gran velocidad, pero sabe que se refiere a ésa, pues todo cambió desde aquella noche.
Viajaban a Colliure por negocios, recuerda que se escuchaba a lo lejos la campana de Figueres, el viento aullaba, y la tormenta se desató sobre la región, sobre la posada. Fue ya de anochecida, cuando llegaron aquellos viajeros trayendo consigo a la pequeña Gloria, la hija del dueño de la posada, sin conocimiento, con las vestiduras desgarradas, empapada y rígida por el frío y con aquella herida en el cuello de la que no paraba de salir sangre.
Más tarde llegó aquel diabólico caballero que su tío detuvo mientras aferraba su medallón con el símbolo sagrado de la Estrella de David. Luego llegaron aquellas abominaciones del Infierno, a través de las ventanas, tirando la puerta abajo, recuerda a los dos perros negros gigantes, y cómo al final, nadie pudo evitar que se llevase a la pequeña Gloria. Hubo muertos, su tío cojo para los restos por una mala herida, fue horrible…
Raquel recuerda cómo su tío le contó a aquel grupo de viajeros tan dispar la leyenda del conde Estruch, que al parecer, había sido destruido hacía cien años, y que no comprendía cómo era posible que hubiera vuelto de la tumba una vez más después de tanto tiempo. Al día siguiente, con los primeros rayos de sol, todos los presentes en la posada siguieron camino, pero al acabar con los negocios que le llevaban a Colliure, regresaron a Figueres, desde donde su tío hizo vender parte de sus posesiones para afincarse aquí y estar atento al regreso del conde Struch y poder avisar a quien quiera escucharle sobre su leyenda.
Mientras Malaquías sigue leyendo el grueso volumen, afuera, un trueno avisa a lluvia, hace tiempo que aúlla el viento de tramontana. El anciano vuelve su mirada hacia la ventana y espera empezar a oír la campana de Figueres en cualquier momento.

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